¿Boludos?, los hinchas colombianos ‘argentinizados’ que generan polémica
El encuentro Colombia-Argentina marcó una gran controversia socio- cultural, que aún no cesa.
Por Roberto Llanos Rodado
Un tema extradeportivo que surgió en la antesala del reciente y resonante triunfo de Colombia ante la encopetada Argentina; rehúsa disiparse de la escena mediática y se mantiene vigente entre los múltiples comentarios que aún surgen sobre el polémico juego.
Tiene que ver con la presentación en medios de comunicación y en redes sociales, de unos jóvenes barranquilleros y de algunos municipios del Atlántico, que expusieron su decidido apoyo y estímulo al elenco albiceleste, hecho que se viralizó y tuvo, incluso, alcance internacional.
Sin embargo, más allá del respaldo deportivo que estos colombianos ‘argentinizados’ le brindaron a nuestros archirrivales futboleros, –que algunos lo minimizan como “cuestión de gustos”–; han quedado en la memoria detalles peculiares sobre dicha manifestación que merecen ser analizados.
Uno de estos aspectos que despertó curiosidad especial y resultó objeto de burlas, fue el marcado acento bonaerense que mostró uno de estos hinchas en sus declaraciones a la televisión.
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🚨⬇ #VIRAL: colombiano, costeño, pero ¿apoya a Argentina y habla con acento gaucho? 📣
— El Deportivo (@ElDeportivo_Col) September 10, 2024
Críticas recibe este hincha de la Albiceleste, quien acompaña al equipo de Scaloni pic.twitter.com/cAgWoexPJ4
“Me caga la peda…Recibí toda las cargadas…Vos sabés…Mirá como me correspondió la vida con cuatro finales seguidas”, son algunas de las expresiones de inequívoco dejo argentino que se le escuchan a este muchacho, quien le puso la cerecita a su postre cuando agregó que le “importa un carajo” que la gente lo llame “corroncho” por su fascinación hacia lo argentino.
Colombianos que van a hinchar por Argentina 🇦🇷 pic.twitter.com/4mnDaShsfM
— Andrés Yossen 🇦🇷 ⭐🌟⭐ (@FinoYossen) September 10, 2024
El asunto en realidad no es cosa nueva en Barranquilla, pues también se ha notado las veces que el popular Boca Juniors de Buenos Aires ha llegado a la ciudad a medirse con el equipo Junior, en duelos de Copa Libertadores o Sudamericana.
En el aeropuerto, en el hotel donde se aloja el equipo y en la misma puerta del estadio, grupos de jóvenes vestidos con la tradicional camiseta azul atravesada por la franja amarilla, han salido a cantar y brincar en favor de los xeneizes como si estuvieran en el obelisco de Buenos Aires, lo cual ha hecho sentir a los visitantes casi como en casa.
En su momento estos episodios también acapararon la atención de la prensa, pero sin duda alguna lo ocurrido en la previa del juego del pasado martes despertó mayor interés, y causó más revuelo por lo que estaba en disputa en el plano deportivo y por mostrar lo más grave, cierta confusión cultural entre estos jóvenes, catalogada igualmente por algunos de ignorancia, pobreza mental e incluso carencia de dignidad.
Son “conductas de imitación”, lo llaman los expertos, “aspectos que ciertos individuos adoptan para su propia aceptación y desarrollo social”.
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El sociólogo Guillermo Mejía lo analiza profusamente: “Es una extralógica de la imitación, una circunstancia extraña, cuando de manera consciente individuos "porosos" y "caóticos" asocian a su conducta una copia falseada de su realidad cultural, de su sensibilidad de entorno social”.
El también docente universitario va al grano con lo sucedido en Barranquilla: “Esto explica que un grupo de tomasinos se sientan "orgullosos" de apoyar al portero argentino llamándolo por su apelativo afectuoso de "Dibu", y en lenguaje del país del país del sur como: “Sos el mejor".
Desconocen estos hinchas que la Selección a la que apoyan, rivaliza con la del país al que se deben, sentencia Mejía.
Para determinados analistas todo parece indicar que esta particular conducta ha tomado auge con la globalización y avances de las comunicaciones, que nos acercan más como población.
“Se queda uno atónito al comprobar que nuestra juventud o generación X, como algunos la llaman, mutan, desproporcionadamente de nacionalidad ante un partido entre la Selección Argentina y la nuestra”, afirma sobre el fenómeno Senén Sánchez, hincha futbolero desde la época del Sporting.
“Es tal la atracción por el equipo extranjero que olvidan hasta su nacionalidad, desconocen por completo que tenemos nuestras propias estrellas nacionales jugando en Europa, Asia y otros países, con buena calidad y técnica para practicar ese deporte. Esto que vio el país muestra una juventud carente de valores y principios”, puntualiza.
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Pero si hilamos un poco más en busca de antecedentes sobre este llamativo encantamiento hacia lo argentino, encontramos que hace unos cuantos años el ídolo de gran parte de la hinchada juniorista, el genial Teófilo Gutiérrez, copió con inusitada rapidez el tonillo gaucho. Eran épocas en las que el ‘Made in Chinita’ militaba en el fútbol de ese país.
En programas de televisión solía escuchársele hablar del “laburo”, repetir el famoso ‘Che’, y otros vocablos similares del más profundo arraigo en el país del tango.
“Soy barranquillera, casada con argentino, contabilizo ya 30 años viviendo en Buenos Aires, y mi acento, expresiones y dichos curramberos se mantienen intactos, no sé cómo se puede dar un cambio cultural tan drástico como el de muchos de mis compatriotas, pero ajá, son cosas de cada quien”, declaró para Zona Cero, Graciela López, docente en educación infantil.
Para el abogado Cristobal Barros, especialista en derecho laboral, y amante del fútbol, estos gestos que tratan de desconocer los valores nuestros y adoptar los de una cultura extranjera, traslucen graves falencias en la formación personal de esas personas, esa que se va cimentando en la casa, en la escuela, en la universidad, o en la simple interacción personal.
“En Brasil o Uruguay, para mencionar solo dos países futboleros, usted jamás va a encontrar a gente de esas nacionalidades brincando y apoyando a Argentina como ocurre en Colombia. Lo de aquí es algo inaudito”, agrega el profesional.
“Esto nada más lo vivimos en este país, proclive a enaltecer lo extranjero, a imitar lo de otra latitud, porque supuestamente, es mejor que lo nuestro, por eso aflora ese lacayismo propio de habitantes de país tercermundista”, complementa Sánchez.
Para Jesús Orellano, ingeniero de sistemas, apasionado por todo lo que huele a fútbol, lo visto la semana pasada lo dejó atónito.
“Ni en los años 60, 70, 80, hasta el 2000, era imaginable ver un proceder de este tipo, colombianos ‘hinchando’ por nuestro rival de turno y en nuestra propia casa, para más piedra”, manifiesta.
Reconoce que antaño hubo una tendencia de apoyar a nivel de Selección a Brasil, que exhibía el mejor fútbol del mundo y contaba con Pelé, considerado el más destacado jugador del orbe en todos los tiempos.
“Eran otras calendas, Colombia no tenía figuración a nivel de Selección, pero cuando comenzamos a crecer, a ser tenidos en cuenta, a ganar, a clasificar a mundiales, la vaina cambió, todo el corazón se desbordó por lo colombiano, Brasil fue echada de lado y nos quedamos con lo nuestro. No me explico ahora este viraje, aunque finalmente es cuestión de unos pocos”, recuerda.
Como corolario rondan dos mensajes para aquellos que defienden a la Selección Argentina cuando choca contra Colombia: “que están en su derecho”, y lo otro, que no se extrañen cuando en cualquier momento esos que idolatran les griten en la cara: “¡boludos regalados!”.